Probablemente no hubiera disfrutado tanto esta novela si un querido amigo no me hubiera advertido previamente sobre su peculiaridad. Efectivamente, como advierte el mismo autor en su prólogo y reafirma en la nota final, no es éste un libro para todos. No tiene nada que ver con la historia de Kvothe excepto en el personaje que lo protagoniza y algunas alusiones vagas (por cierto, llamativas, cuanto menos). Debería leerse en paz y sosiego teniendo en cuenta que, sin duda, no hay en el más que silenciosa harmonía. En su trama, que se desarrolla en 7 días, no ocurre prácticamente nada (al menos que pueda considerarse relevante). Sin embargo, el elogio de la soledad y su cercana compañera, la locura, es expuesto con apacible sensibilidad. También, nos permitirá conocer más a Auri, pero deberemos entregarnos a un arduo ejercicio de empatía y ascetismo para que su extravagancia e irracionalidad no nos resulte exasperante.